Los ácaros son parásitos muy resistentes que afectan a una gran cantidad de seres vivos, entre ellos a las hormigas.

Aunque existen una gran variedad de ellos hoy vamos a hablar de los que afectan negativamente a las hormigas, son los que se enganchan a su cuerpo y se alimentan de sus fluidos lo que provoca que su capacidad de realizar tareas se vea afectada, el estrés producido por estos parásitos termina con la vida de las hormigas. Son una fuente de enfermedades, pueden transmitir hongos o bacterias que podrían acabar con la colonia.
¿Cómo entran en contacto con los ácaros?
Los ácaros se encuentran en casi todas partes por lo que en libertad la hormiga puede entrar en contacto con ella con facilidad en cualquier lugar. En cautiverio las formas más comunes de entrar en contacto son: con los insectos que usamos como comida, al introducir hormigas o juntar colonias, mediante la humedad y con elementos que estén contaminados (sustratos, elementos decorativos etc).
Prevención ante los ácaros
Para la prevención de los ácaros se debe limpiar el hormiguero regularmente quitando los resto de alimento y las hormigas muertas, también hay que utilizar sustratos esterilizados, controlar la humedad y ventilación (prosperan en ambiente húmedo), darle insectos que provengan de sitios controlados (es preferible darselos congelados y no vivos) y si introduces una reina o colonia primero deberás observarla durante un tiempo.
La colonia está infestada, ¿Qué hacer?
Si la colonia ya está infestada lo primero que tienes que hacer es bajar la humedad y retirar los restos de comida, luego puedes retirarlos manualmente o sacar a las hormigas infectadas. Si después de todo esto no hemos podido eliminarlos podemos probar con un remedio casero a base de ajo y romero que poniéndolos en una olla con agua lograremos un líquido que consigue ahuyentar y matar los ácaros. En última instancia se pueden usar ácaros depredadores para acabar con los demás ácaros, ya que estos no afectan a las hormigas.